martes, 2 de diciembre de 2008

El talento nunca muere, se transforma...

El otro día me encontré de frente con uno de mis ídolos de juventud. Con motivo de los primeros trailers de la película Watchmen (buena pinta, por cierto), van y me plantan una canción nueva de ese gran personaje que es BILLY CORGAN.
No les voy a mentir, aquí tampoco soy imparcial. Soy un adicto a sus ritmos agridulces, sus guitarras y su forma de entender la música. Que le vamos a hacer.

Puedo reconocer que su carrera es bastante irregular, y que por supuesto, todo lo que ha hecho fuera de The Smashing Pumpkins han sido mediocridades, y que incluso en los últimos tiempos de estos (tras varias idas y venidas) dan una de cal y quince de arena.

Obviando todo este proceso de descomposición musical, hay que decir que este tío es un genio. No ha sabido morir tan bien como otros (dios salve al eterno Robert Smith) pero un genio, al fin y al cabo. Los 90 fueron suyos, le duela a quien le duela.

Su álbum debut fue Gish (Caroline Records, 1991), y el éxito fue razonable. Fichan por Virgin, y sacan Siamese Dream (Virgin Records,1993) y el éxito fue brutal. No es para menos. Una absoluta genialidad que da la vuelta de tuerca definitiva al grunge. Que disco. Pero lo mejor todavía estaba por venir. Y es que Mellon Collie and the Infinite Sadness (Virgin Records, 1995) hace que todo el mundo se rinda a los pies del bueno de Billy. Un disco que combina de forma magistral guitarras potentes, baladas increíbles y ritmos inolvidables, consiguiendo que el sr. Corgan se convierta en una celebridad. Veintitantas canciones para un disco doble. Hay quien piensa (yo comparto esta teoría) que si se hubieran quedado con las mejores doce canciones, estaríamos hablando del mejor disco de rock de la década.
Después de este, vino el giro electrónico del grupo con Adore (Virgin Records, 1998), muchos fans cabezahuecas guitarrísticos no lo entendieron. Pobres de ellos porque el disco es otra obra de arte (escúchense por su cuenta Tear).
A partir de aquí, voy a intentar olvidar lo que queda de carrera de este señor, para no manchar su recuerdo, y guardarlo sin mácula. Y recordarlo como lo que es: un prodigio de talento.

Y para tenerlo muy claro no hay más que escuchar esta canción...



Well crucify the insincere tonight
Well make things right, well feel it all tonight

Well find a way to offer up the night tonight

The indescribable moments of your life tonight
The impossible is possible tonight

Believe in me as I believe in you, tonight

El pato se emociona con la letra de esta canción...no es para menos..

3 comentarios:

Deif dijo...

Oye perdona pero el single aquél con los Zwan molaba bastante...

Calvin dijo...

la verdad es que si, ¿honestly se llamaba?..aunque si lo comparas con lo anterior..

¿Twofaces? dijo...

Nunca llegaré a entender la razón de despreciar a Phill Collins, cuando claramente es la persona de la que bebe el Charlie Brown éste.

Debe ser duro darte cuenta que uno de tus ídolos pertenece al mismo club que Eros Ramazzotti, es la misma liga, es el mismo jodido deporte.