Entré con el concierto ligeramente empezado debido a otros compromisos (los que no pagamos entrada somos así de chulos), adquirí un mini de cerveza y me coloqué en mi soledad en una zona preferencial del recinto. Solamente puedo decir que a partir de ahí toque el cielo con las manos.
Matthew Bellamy. Es el cabecilla y culpable de todo esto. Un ingles blanquito y a primera vista enclenque lidera la banda ahora mismo más en forma de todo el panorama musical. Y digo esto sin que me tiemble ni la voz ni el pulso. Es algo de lo que estoy totalmente convencido, porque la simbiosis con el publico que se vivió ayer en el recinto madrileño fue algo excepcional. Un derroche de virtuosismo, talento y fuerza.
La selección de canciones fue sublime (aunque eché de menos algún tema del primer disco), combinando a la perfección el ultimo disco The Resistance (Warner Music, 2009), con las mejores canciones de los discos anteriores.
'New Born', 'Supermassive Black Hole', 'Knights of Cydonia'…funcionan todas tan bien en directo que se crea un clima perfecto, una comunión de tus propios sentidos con estos señores, que a fuerza de hacer las cosas bien, se han ganado su sitio en el olimpo de la originalidad musical.
Además de todos estos excesos y alardes propiamente sonoros, también hay que añadir una presentación inmejorable. Pantallas, láseres y efectos de luz, todos perfectamente conjuntados con cada canción, y haciendo que se convirtiera todo en un espectáculo sensorial total. Algo único.
Este grupo es un fenómeno musical que pasará a la historia. Y cuanto antes se asuma eso, mejor para todos.
Tienen la capacidad de hacer sentir único a cada miembro del publico, y que se plantee siempre la misma pregunta al acabar el concierto: ¿es este el mejor concierto al que he ido en mi vida?.
Un grupo irrepetible que cuando se retiren nos echaremos todos las manos a la cabeza y tendremos que recordar actuaciones como la de ayer.
El Pato les sugiere que se lean la critica del concierto que ha aparecido hoy en el diario El País.
