sábado, 26 de marzo de 2011

¿Discos fundamentales?


¿Cuándo se puede decir que un álbum es uno de los ‘discos de tu vida’?  Es complicado. No basta con que sea un disco de mucha calidad, que tenga canciones que te gusten especialmente. Tiene que haber algo más. Tiene que implicarte en cierta manera, y por supuesto, creo firmemente que tiene que ser un disco que se haya escuchado con relativa frecuencia.
Ojo, no confundan esto con la nostalgia. No quiero decir que cualquier disco que se oiga que te recuerde a tiempos infantiles o adolescentes, tenga que ser un disco relevante. Podemos poner el ejemplo de los ridículos colaboradores del Hormiguero que han formado un grupo que cantan (por llamarlo de alguna manera) canciones de series de dibujos animados de los 80, y se creen graciosísimos y lo más de lo más por hacerlo.  El resultado es infame, aunque hay bastantes borregos que les hace muchísima gracia, y no saben que son solo una burda imitación de los pioneros de esto, los grandísimos Petersellers, a los cuales debería dedicar un post cuanto antes.
Bueno, el caso es que el otro día eché cuentas y dentro del grupo de discos que cumplen esos requisitos en mi vida, hay uno que me sorprende especialmente. No porque no sea un disco excepcional, que lo es, si no porque puede  parecer que no entra dentro del radio de acción musical habitual.
No es otro que el ‘VASOS VACIOS’ de Los Fabulosos Cadillacs, editado en 1993 por Sony Music. Se me ponen los pelos de pico de pardo solo con decir el nombre.
El disco no es otra cosa que una recopilación de los grandes éxitos de la banda, con dos temas inéditos, hasta ese momento como ‘Matador’ y ‘V Centenario’.
El caso es que mi idilio con ese disco comienza en Mayo de 2000.  Con 16 tiernos añitos, la mañana siguiente de una fiesta en la discoteca de moda de turno con todos mis compañeros de clase con el fin de recaudar dinero para nuestro posterior viaje a Italia. Maldormí en casa de un amigo porque al día siguiente, jugaba pronto al baloncesto en Mostoles y había prometido ir a verle. Nos llevaba su padre en un todoterreno del que no recuerdo el color, pero podría describirlo  por dentro con todo lujo de detalles.  A mitad de camino, decidió quitar la radio y puso esta obra maestra hecha disco. Supe que me gustaba desde la primera escucha, y sobre todo recuerdo esta canción:
 
Así que a mi amigo y a este señor, que años más tarde fue elegido Presidente de la Academia de Cine Español, les debo el placer que me ha dado este disco desde entonces.
El siguiente episodio data de Junio de 2003. ‘Vasos Vacíos’ ya era uno de mis discos de cabecera, y decidí compartirlo con mis compañeros de facultad en un viaje a tierras malagueñas. El éxito fue total, y ‘V Centenario’ fue sin duda alguna la banda sonora del viaje.  Siempre lo asociaré a esta canción (¡No hay nada que festejar!), a una la frase ‘las palmeras me desconciertan’ pronunciada por un compañero a la entrada de Málaga, y por el chiste de ‘el tomate y la patata’,  que es, sin lugar a dudas, el mejor chiste de la historia.
 Bueno, y todo esto viene, porque el otro día, tomándome un GinTonic muy tranquilo con amigos, uno de ellos se puso a tararear la primera estrofa de esta canción. No daba crédito. Un himno le dije yo. Un puto himno en mi tierra, dijo él. Disfrútenla, porque es una maravilla. 
Cuando comienza a irse el sol
y la cerveza ya se empieza a acabar
Yo me pregunto por qué
por qué mi amor se fue
tan solo me dejo, olvidado en el bar
Cuando comienza a irse el sol
y la cerveza ya se empieza a acabar
yo me pregunto porque
porque mi amor se fue
tan solo me dejo, olvidado en el bar tan solo me dejó,
te tiraré del altar.

lunes, 14 de marzo de 2011

Shazamsnobismo y otros idiotas


Me encanta el snobismo. No soy practicante habitual, aunque reconozco que cuando lo hago soy realmente insoportable. Confieso que  me gusta más observarlo y estudiarlo. Soy como un ‘voyeur’ de la imbecilidad (en este caso) bien entendida. 
No me digan que no tiene un punto entrañable esa persona con gafas de pasta que abre su MacBook Pro en un Starbucks. Maneja  el portátil con soltura con una mano mientras que con la otra desmigaja un ‘muffin’ integral  (que dejará a la mitad) y da sorbos a su café con dos shots de expreso (no más) y medio dedo de crema de leche desnatada.
En un alto índice de probabilidad, es una persona que está encantada de haberse conocido y se dedicará a la comunicación audiovisual, a la publicidad o a alguna agencia de organización de eventos y representación de pelanas varios.
A primera hora tendrá un ‘meeting’ con algún ‘Senior Manager & Partners Associated’ del departamento de recursos humanos o I+D de alguna empresa, para luego después del ‘brunch’ tener un ‘briefing’ con su equipo de trabajo. Para el nuevo proyecto necesitarán juntarse y hacer un ‘brainstorming’ y recopilar ideas para el ‘teambuilding’ del fin de semana que viene. Esto es un ritmo alto de trabajo, con lo que al salir de trabajar tendrá que ir a un ‘afterwork’ para tomarse un GinTonic aunque estos ni siquiera le gusten.
 No me digan que no dan ganas de abrazar a esta persona y preguntarla si su vida es tan emocionante como parece desde fuera. Aunque parezcan unos cretinos y en su mayoría lo sean, nunca desprecien unos buenos momentos de diversión a costa de la idiotez ajena.  
Juntar a los Beatles y a Aventura en la misma lista no tiene precio
 El caso es que hay una ocasión en la que yo me acerco peligrosamente a este perfil, y es culpa de una magnifica aplicación de iPhone que se llama Shazam y que es capaz de reconocer cualquier canción que este sonando. Lo que ocurre es que me da una vergüenza terrible estar en un bar o en una tienda, sacar el móvil y levantarlo para que reconozca la canción que me ha gustado. Pero de momento me compensa y  lo hago. Y todo por canciones como esta…
Hindi Zahra. Our Soul. Una canción absolutamente deliciosa, dentro de un disco realmente completo. La mezcla de estilos y géneros es muy buena, sin caer en los arreglos burdos a los que estamos acostumbrados en estos casos. Da impresión de autenticidad. Utilizaría la palabra ‘mestizaje’ si no la hubieran prostituido grupos ridículos como Chambao, Ojos de Brujo y el siempre absurdo Macaco.
Disfrútenla. Voy a intentar ponerles más descubrimientos Shazamicos. Merecen la pena.

lunes, 7 de marzo de 2011

Thom Thom ¿Quien es?

Lo han vuelto a hacer. Radiohead tiene nuevo disco, y de nuevo es un problema, una fuente inagotable de debates.  ¿Genialidad? ¿Mediocridad?, desde luego han dado motivos de sobra a las múltiples corrientes de pensamiento que siempre han rodeado a este grupo para esgrimir sus argumentos. 
 En general, se puede decir que el disco es bastante pretencioso y una apuesta realmente arriesgada. Después de uno de sus completos mas accesibles como In Raibows (XL Recordings,2008) que gozó de un gran éxito de crítica y publico (básicamente porque era una genialidad de arriba abajo y de izquierda a derecha), ahora se desmarcan de esta línea y vuelven a la música introvertida que recuerda mucho muchísimo a Kid A (Capitol Records,2000). Un retorno a un mundo conocido por donde se mueven como pez en el agua.
Canciones para ambientes claustrofóbicos, para situaciones extrañas, para momentos contradictorios. Música difícil de digerir que se disfruta con cada escucha. Sensaciones hechas melodías para los cinco sentidos. Una experiencia.
Ahora bien, los que no crean en Thom Yorke, tienen un filón con este último disco. 

Ya de por sí Radiohead tiene dos grandes hándicaps:
1. La Crítica: ¿Alguien ha leído una crítica mala de un disco de Radiohead? Los que me conocen saben que me encanta este grupo, pero reconozco algunos (pocos) patinazos dentro de su extensísima discografía. La mayoría de profesionales del sector, o no lo creen así o no se atreven a denunciarlo. Esto puede crear el denominado ‘efecto Federer’ que consiste en ‘no lo conozco, no se nada sobre el tema, pero me cae mal porque lo gana todo siempre’ (si algún españolito que no ha cogido una raqueta en su vida se ve reflejado aquí y le escuece, que se lo haga mirar)
2. Los Fans: He de decir que no todos, pero hay un cierto sector absolutamente insoportable. Radiohead tiene la virtud (o el castigo) de hacer creer a sus más acérrimos seguidores que solo existen ellos en el mundo. Después de Thom Yorke no hay nada. Solo viven para ellos, y todos los demás les copian. Esto al final no deja de ser una ‘sobrepublicidad’, y por tanto una mala publicidad (esto es sentido común, supongo que lo enseñaran en alguna de las vergonzosas ‘licenciaturas’ de marketing o publicidad, que en mi opinión si se extinguieran, el mundo sería mucho mejor). Mi consejo es que si se encuentran con algún fan de este estilo huyan con la mayor prestancia posible e inviertan su tiempo en cosas más provechosas.
Si a estos inconvenientes de siempre, unimos el videoclip del magnifico primer single de este disco, pues se puede montar tranquilamente. Cinco minutos ininterrumpidos de Thom Yorke bailando haciendo el ganso. ¿Pretencioso? Si ¿Genial? También. Pero o te gusta mucho, o te dan ganas de sacarte los ojos.  
Dicho todo esto mi veredicto es el siguiente: RADIOHEAD en estado puro. No voy a darles más pistas pero deberían dejar lo que estén haciendo e irse a casa . Ábranse una cerveza, o un refresco y déjense llevar. Escúchenlo dándole varias oportunidades, serán recompensados.