Todo el mundo conoce el fenómeno de las modas. Lo que hoy gusta mañana puede despreciarse. Pasa muchísimo, y muchas veces de forma muy injusta.
En mi opinión, esto es lo que ha pasado con LCD SOUNDSYSTEM. El gafapastismo, varios críticos (otros siguen adorándolos) y algún otro imbecil los desprecian ahora sin ningún pudor (los mismos que los encumbraron) y creo que se merecen un gran respeto.
El principal culpable de todo esto es James Murphy. Neoyorquino (dj y productor él) de lo más chic y modernito, que se junta con otros de su misma especie y desde el año 2000 empieza a fabricar singles a partir de una especie de funk electrónico bailable (bastante novedoso por cierto).¿Que ocurre? Que en el año 2005, mira para atrás y ve que durante esos cinco años de trabajo han sacado muchas buenas canciones, y que no estaría mal compilar las mejores en un disco. Resultado: LCD Soundsystem (The DFA, 2005) una delicatessen electrónica que rompe en los clubs de medio mundo. Exito merecidísimo.
Lo ideal es que hubieran esperado otros cinco años para sacar otro disco. Pero esto sólo ocurriría en el mundo de las casas de caramelo, ya que el dinero llama al dinero. Así que sacan otro disco dos años después Sound of Silver (The DFA, 2007). El disco es de un estilo distinto al anterior (que no quiere decir peor). Así que leña al mono que es de goma. Automáticamente se convierten en los cabezas de turco de todo el movimiento que situaba a Nueva York como el centro neurálgico de la modernez musical. LCD Soundsystem ya no molan tanto y Nueva York esta pasada de moda. La vida es así y Londres vuelve a ser mas guay.
Total, nosotros a lo nuestro y que se maten entre ellos. Escuchen Tribulations, un himno de LCD Soundsystem. Sus oídos se lo agradecerán. Y sus pies no se cansaran de bailarlo.
El pato recomienda que pongan esta canción a sus amistades esta Nochevieja. Se harán los amos del sarao.
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